jueves, 21 de junio de 2012

España es un país rico en diversidad de especies de setas y hongos destinados al consumo. Sin embargo, si se habla de calidad y garantía, hay que acotar terreno. En octubre de 2010 se logró el perseguido objetivo de comercializar los recursos micológicos procedentes de los montes castellanos y leoneses bajo un marchamo que garantizara su procedencia, supervisión y las buenas prácticas de recolección que aglutina el paraguas de una marca de calidad pionera: setas de Castilla y León. La iniciativa fue presentada en Soria, y a ella se unieron 36 empresas. El objetivo es que se extienda por toda la comunidad y esté totalmente implantada en 2013. La primera barquilla de níscalos certificados salió desde los montes de Lubia, en Soria, al mercado de La Boquería, en Barcelona, un mercado que comercializó en 2009 casi cinco millones de kilogramos de setas, y que abrió el camino para avanzar después en otros dos destinos importantes como Madrid y El País Vasco.
En la actualidad, la recolección de setas implica al 54% de la población rural de Castilla y León, que cuenta con un potencial superior a 500.000 recolectores.
El 14% de esta población vende el producto recolectado, por lo que la Junta estima una capacidad de comercialización de 17.000 toneladas de setas en años de buena producción, con una generación potencial de rentas directas a los recolectores de 65 millones de euros anuales, cifras nada desdeñables en la actual coyuntura.

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